Rebeldes del Infierno - 18 de Sarenith del 4715

 18 de Sarenith del 4715

    Hoy por la mañana, a petición de Laria, hemos ido por unos pasadizos a buscar a Nan, un contrabandista amigo suyo al que está dando refugio. Para buscarle, accedemos por el café de Laria por una entrada secreta.
    En el interior de la gruta hay una estatua de Calithria, la diosa de la venganza y la lujuria. Empezamos con buen pie y somos recibidos por un cocodrilo albino que nos ataca con saña. Tras una batalla bastante agotadora en la que no las tenemos todas con nosotros (la verdad es que nos vemos jodidos), Yaki le da el golpe final. Lo que nos encontramos no son buenas noticias para Laria y menos para Nan: el pobre hombre está muerto, medio devorado. También vemos que tiene heridas infligidas por una espada, lo que nos lleva a pensar que el cocodrilo no ha hecho todo el trabajo.
    Volvemos sobre nuestros pasos para informar a Laria de todo esto y, como respuesta de lo bien que pinta todo, la tipa nos da un cetro de curación (con cuatro cargas al día, no es Laria una derrochadora, parece ser) y dos pociones de curación y nos dice que marchando de vuelta a los túneles a seguir investigando. No sé yo si este hospedaje me va a salir caro.
    De nuevo, nos encontramos con jarana: un korvi que parece estar viviendo allí nos ataca y Yaki, de nuevo, es el que le da el golpe de gracia y nos libra de él. Peluche encuentra un martillo de guerra que tenía la criatura escondido como si fuese un tesoro. Es todo un tanto extraño. Las respuestas nos llegan más adelante cuando conocemos a dos tengus, Korva y Maggie, que nos cuentan que hacían negocios con Nan y se han quedado aquí atrapadas por culpa de la nueva ley emitida sobre los capitanes de barcos. Korva y Maggie acogieron al korvi cuando era una cría pensando que era un tengu, le llamaron Chou, se encariñaron con él y se les fue de las manos la crianza. Chou fue el asesino de Nan.


    Las tengus tienen pinta de ser pícaras, así que me andaré con ojo. He conocido muchos ya. Al menos hemos conseguido hacerlas entrar en razón y se vienen con nosotros al café a conocer a Laria y contarle todo. Laria las acepta como parte del equipo de los Cuervos Plateados.
    Viendo que la familia crece (familia... Familia, no. Esa palabra me ha traído problemas. Mejor el equipo), Laria nos cede todo el espacio que hay bajo el café como base de operaciones para que podamos reunirnos. Lo llaman el Nido de Avispas. El resto del día lo pasamos adecentándolo para poder descansar, pero parece que vamos a tardar varias jornadas en acabar de dejar todo esto bien dispuesto.
    Otro día agotador en Kintargo.

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