El Auge de los Señores de las Runas_23 de Rova del 4707

 23 de Rova del 4707

    Hoy hemos podido investigar un poco más. Ayer la gente no tenía ánimos para preguntas o estaban demasiado alterados y engrandecían lo que habíamos hecho. Nos hemos podido enterar de varias cosas:
-A Andoser no le hizo gracia que le robase el primer puesto en la carrera de sacos. Parece que ese juego era importante para él, que se lo llevaba preparando todo el año. Para mi era un juego, sin más. Me parece una tontuna enfadarse por algo así. En fin, parece que ya me estoy ganando malas relaciones, igual que con los compañeros de clase de la Cofradía.
-Aunque Punta Arena es un pueblo rodeado de goblins, hace años que no pasaba un ataque de esta magnitud.
-Longinus Kaijitsu es el padre de Ameiko y dueño de la fábrica de vidrios. No hay buena relación entre ellos. Y es desagradable como él solo.
-La viruela goblin se pilla fácilmente. De hecho, tengo que preparar rápidamente un Antiplaga para curar a Volgo de ella.
-Antes del padre Zantus, estaba el padre Ezakien Tobyn. Esto fue antes de que se quemase la iglesia... Hace tres o cuatro años. Tobyn murió y fue enterrado en el mausoleo. Además, se perdieron varios escritos y pertenencias suyas...
-El cuerpo del anterior padre ha desaparecido del sepulcro, creemos que durante la batalla. Pero, ¿y si fue antes y nadie se dio cuenta? Demasiado parecido todo esto a lo que pasó con el hermano Abel, me estoy temiendo. La gente cree que la tumba ha sido profanada. Yo no lo tengo tan por seguro.
-Por lo visto, los goblins que rodean Punta Arena y demás tierras cercanas están divididos en tribus. Cada vez, estos bosques están más plagados de ellas.
-Hay una elfa llamada Salelu que patrulla los bosques y que podría ayudarnos a ampliar información, pero solamente viene por aquí una o dos veces al año. Espero que tengamos suerte y podamos conocerla.
-Henry se acerca a la joyería del pueblo, cuyo dueño es Maver, para enseñarle la pulsera del enano J. C. (al que por fin hemos podido dar entierro digno), y le cuentan que es una baratija hecha por un buen trabajador del metal que probablemente viva en el barrio de pescadores de la ciudad de Magnimar.
-El líder de la guardia le dice a Volgo que varios comerciantes están sufriendo percances en el trayecto que va de Punta Arena a Magnimar.
-Las puertas del pueblo, las de la zona norte, debían haber estado cerradas. De hecho, los hombres de la guardia que estaban en turno afirman haberlas cerrado. Desde fuera no pueden abrirse, así que debieron de ser abiertas por alguien desde dentro del pueblo. Además de por la puerta abierta, al muro pasaron usando una escalera también.

    Después de comer, hemos ido a buscar el rastro de las personas que estuvieron en la tumba de Tobyn, pero no hemos sido capaces de seguir las huellas.
    También nos ha dado tiempo a ir a la posada del Ciervo Blanco, que está cerca del muro norte. Hemos conocido a su duelo, Garridan Viskalai, que tiene bastante entre ceja y ceja a Ameiko. De nuevo, la envidia es muy mala. Pero el estofado de Ameiko es tan bueno que hasta este señor ha tenido que reconocer que "estaba bien".

Pero bueno, lo que hemos sacado de relevancia en esta visita es que hemos podido confirmar que los guardias en turno hicieron su trabajo y cerraron las puertas, porque un camarero de aquí los vio. Toda la gente que trabaja en esta taberna son familia entre sí. Uno de ellos no ha ido a trabajar hoy porque vivió el incendio de cerca (llegó a afectar a una parte de la taberna) y se ha quedado afectado. Es una pena porque podría contarnos más cosas, creemos.

    Después de esta visita, Henry, Volgo y yo nos hemos separado para dividir tareas. Yo me he dedicado toda la tarde a investigar de nuevo la zona del panteón (reconozco que soy un poco tozuda y me he quedado muy insatisfecha esta mañana al no poder seguir las huellas). Esta tarde he podido ver que el panteón fue abierto con una palanca por una persona de tamaño humano o similar y que, tras esto, los goblins entraron y arrasaron con todo. ¿Qué iría buscando esa persona? Cuando he terminado mi paseo por el panteón ya era tarde y no veía muy bien para seguir investigando, así que me he ido al Dragón Oxidado para esperar allí a Volgo y Henry. El camarero se me ha acercado y se ha quedado hablando conmigo muy amablemente. Nunca me había pasado que me hiciese caso un chico, obviando mi amistad con Henry y Volgo, claro. Estaba muy contenta. Además, había conseguido más información sobre con quién puedo entrevistarme para ampliar lo poco que por el momento sabemos sobre el incendio. Me habían dicho que podía hablar con Ameiko; con Kendra, la alcaldesa; y con Brodart Quink, la sabia del pueblo. Estaba tan entretenida charlando con el chico y , creo, no llevaba ni quince minutos hablando con él cuando Volgo ha entrado de sopetón en la taberna para buscarme diciendo que una vecina necesitaba nuestra ayuda. Me he despedido balbuceando, a saber qué habrá pensado de mi.
    Hemos salido disparados calle arriba siguiendo a la mujer, que iba hablando con Henry por delante de Volgo y de mi (gritando, más bien) mientras llevaba a un bebé en brazos y a un niño pequeño de la mano, e iba contando que un goblin estaba en la habitación de Eren, su hijo mayor (pero no muy mayor porque aún va de su mano), y que su marido se había quedado tratando de matarlo. Parece que el maldito cabroncete se había quedado escondido en el armario del pequeño desde que tuvo lugar el ataque. No le ha bastado como usar la casa de refugio, ha tenido que atacarles.


Cuando hemos llegado a la casa, hemos pedido a Amel, que así se llama esta vecina, que se quedase fuera con sus hijos. Hemos subido rápidamente a la habitación indicada, pero el marido estaba muerto con el cuello rajado y la cara prácticamente devorada. Resulta que el goblin se había escapado por un pasadizo que había en el armario, al parecer, desconocido para la familia. Viendo que ese pasadizo podía llevar al goblin fuera de la casa, he salido fuera para proteger a los pequeños y a su madre. Mientras yo curaba al pequeño Eren de la viruela goblin (ya siempre llevo antiplagas preparado), Henry y Volgo han conseguido pillarlo y darle muerte. Además, han encontrado unas cartas de amor antiguas y un mapa.
Cuando ya habíamos resuelto todo, Cicuta ha llegado y se ha llevado a la mujer y a sus hijos a la catedral para que fuesen allí atendidos.
  

  Volvemos al Dragón Oxidado agotados. Durante todo el camino de vuelta, vamos callados. No sé qué pensarán mis amigos, pero yo estoy a punto de llorar. Pobre señora. Pobres pequeños. Malditos goblins. Estoy muy confundida. No entiendo qué está pasando, aunque no parezco la única. 
Al llegar, estoy (estamos) tan cansados, que decidimos que solamente vamos a cenar y que el mapa lo miraremos mañana cuando hayamos dormido algo., aunque he de decir que tengo que hacer acopio de toda la fuerza de voluntad y de sentido común para no ir ya mismo porque ¡parece el mapa de un tesoro! Tiene una X que nos llama muchísimo la atención, pero se nos cierran los ojos y tenemos el cerebro frito.
    Buenas noches de nuevo, Punta Arena. Ahora mismo no recuerdo por qué tenía tantas ganas de venir aquí, pero, desde luego, no era para esto.

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