Rebeldes del Infierno - 20 de Erastus del 4715

 20 de Erastus del 4715

    Pues otro día que hemos pasado en Los Huesos de la Suerte. Después de liberar a las acólitas y poner a salvo a los niños, hemos seguido explorando hasta llegar a una sala con una seta gigante. De esto que sabes que no hay que tocar, ni siquiera acercarte, pero ¡qué narices! ¿A qué hemos venido si no a limpiar esto, literalmente? Rudy se viene conmigo y soy yo la que se acerca usando las alpargatas de escalada de araña para llegar a lo alto de la seta (es que es grande grande). Total, que me ha hecho PUF en toda la cara, pero como soy una chica lista me la había cubierto, así que no me ha pasado nada. Me habría gustado coger un cacho, pero no me he atrevido y Rudy tampoco cree que sea buena idea.
    Le hemos preguntado a Yaki con Mensaje qué tal va justo a tiempo para que nos contara que le estaban atacando. Hemos ido rápidamente y nos hemos encontrado con unos espectros llamados fantasmas miserables a los que hemos despachado con rayos, mordiscos, fogonazosescarchadores y golpetazosafilados.


Después de la pelea, hemos visto que esto era antes un fumadero de opio. De verdad, qué lugar tan variopinto.
    Hemos vuelto a la sala del súper champi y hemos pasado de largo para ir a la siguiente habitación que ha resultado ser un ajedrez gigante pero de cuatro colores. Me habría dado la risa si no hubiese estado tan flipando. ¿Quién esperaba encontrarse esto? Menudo sitio... Me he puesto a explorarlo, porque claramente era el camino para llegar hasta la siguiente sala y, como se suele decir, la curiosidad casi mató a la gnoma. A veces mi parte semignoma me trae malas jugadas cuando actúo de forma curiosa e impulsiva... He pisado la casilla que no era y nos ha atacado un xorn. Aunque le hemos despachado rapidísimo. Menuda bocota tenía.


    Pasando por las casillas del mismo color hemos llegado sin problemas hasta la siguiente sala que ha resultado ser un sitio lleno de polvo, pero también de nostálgicos retratos de Las Arañas Grises y  valiosos objetos que nos hemos metido en los bolsillos: documentos, una poción y un llamapuertas insistente. Los documentos nos han servido como material de salseo, más que otra cosa: Rudy ha leído la lista de objetos que se dedicaban a robar así como las escrituras de este almacén, robadas (vaya, cómo no) a la propietaria original. También había poemas de Boswyth, mapas de Kintargo, rutas por los tejados y alcantarillas (quéeee suculenta información) y contabilidad (zzzzzzzz) que parece que resalta negocios con Vyre, signifique eso lo que signifique. Mis compis han pensado que el poema parece esconder algo, ahora no estoy yo paranoica, ahora son Rudy y Yaki. Antes o después, sabía que se unirían a mi club.
    Tras esa sala, hemos llegado a otra que daba pena de lo mal cuidada y preservada que estaba: pedazos de pared rota y sangre por todos lados. En el centro había un pozo y una talla de un hombre larguirucho de cuatro ojos con gemas preciosas. Ahí ha sido cuando hemos cuadrado el poema. Había que tocar las piedras en el orden que decía el poema y decir bien alto y claro: "¡PIEDRA LUNAR, PIEDRA LUNAR, RUBÍ BRILLANTE, ABRE TURQUESA, MALAQUITA!!" Bueno, lo de decirlo en alto es algo que hemos pensado nosotros. Meterle ímpetu a las dramatizaciones siempre es mejor.
   Al decir esto (o más bien al hacer los toques), se ha abierto una entrada en el pozo dejando al descubierto unas escaleras que descendían a la zona inferior, que estaba inundada. Temiendo que fuese peligroso, y sumándole a eso que yo odio el agua y Rudy está sin piernas, han bajado los fuertotes del grupo. Le he echado a Peluche el conjuro Oleada Evolutiva para que pudiese nadar cual eidolón acuático y Yaki nos ha descubierto otra de sus habilidades: ¡el tío ha resultado que es medio anfibio! Con Mensaje, hemos estado constantemente hablando. Rudy me ha dado la idea de ir dibujando un mapa con las descripciones que me daban. Ahí abajo hay todo un lugar repleto de agua con columnas muy bonitas y todo muy requeteelegante. En uno de los pilares, Yaki ha visto una puerta secreta, pero cuando iban a entrar, les han atacado unos skums.

Han vuelto a la superficie para decidir entre todos con más calma qué hacer. Últimamente estamos muy parlanchines y asamblearios. Rudy le ha dado a Yaki dos pociones de invisibilidad por si la cosa se ponía fea, yo he comprobado que el conjuro de Precaución de la Convocadora siguiese en pie y le he echado el de Desencadenar Eidolón y se han vuelto para abajo. Han peleado contra los skums hasta que los bichejos han huido. Peluche ha ido tras ellos y ha llegado hasta otra sala donde había unas criaturas parecidas a langostas gigantes que parecían más duras, pero que eran esbirros de los skums: las garras de arrecife.
También, en esa sala, Peluche nos ha avisado de que había un muelle, sumergido al igual que el resto de la zona. Viendo que no podíamos hacer ya más nada además de luchar, Peluche ha vuelto para seguir con Yaki.
    Donde Yaki ha pasado Peluche no podía ir porque es muy estrecho y él ya está muy grandote, así que se ha quedado atrás haciendo de guardaespaldas. Nuestro amigo el guerrero se ha encontrado allí ni más ni menos que con el cadáver de Baccus y un tesoro que parecía había sido la perdición del hombre: tres pociones de curación menor, un collar de esmeraldas, un aceite sagrado (que me ha hacho recordar a alguien, pero no sé bien a quién), un trofeo siniestro (una cosa muy asquerosa: un trozo de carne arrancado que sirve para dar más miedo al hablar con la gente, por lo que sea), dos dagas mágicas y una varita para hacer ilusiones (esto tiene muy buena pinta). ¡Bueno! ¡Y lingotes de platino que valen muchos oritos!!
Todo iba bien (bueno, yo me entiendo) hasta que Yaki ha ido a abrir la puerta (entiendo esa curiosidad temeraria, no le juzgaré) y unas cuchillas casi le rebanan la cabeza... En fin. Nos las hemos apañado para ir a por él, que ha quedado muy malito. Peluche va a por Arbuelillo, que ha llevado una de las pociones de Rudy, le ha traído hasta la entrada y el mini leshi se ha marcado una cruzada acuática bastante elegantosa, le ha llevado a Yaki la poción y así se han podido volver todos con Rudy y conmigo. Gracias a las intrepideces de Yaki, ha podido coger un cuaderno que nos ha enseñado. ¿Por qué el cuaderno no estaba destrozado por el agua? Pues porque justo esa parte no estaba sumergida. Muy curioso todo. En él, había una investigación iniciada por Baccus sobre El Libro de los Malditos. El pobre hombre no había más que puesto el título y poco más. Peeeero, si le reconoceré que había conseguido llamar y atar a un diablo llamado Shurshogot. Y le llamó para hacer de guardián. También sabemos, dato importantoso, que para que se esté quietecito y controlarle, hay que decir su nombre y silencio en idioma infernal que tan bien se nos da hablar a Peluche y a mi. A ver qué hacemos nosotros con eso.
    Para seguir explorando, Yaki nos ha comentado que le hace falta ayuda porque ahí abajo hay dos guardianes conchudos. No sé por qué, pero esa palabra me da que es un insulto en otro plano. Ahora no recuerdo en qué diccionario lo he visto. A saber. En fin. Que para bajar a ayudar, me he atado una cuerda que ha sujetado Rudy y me he lanzado al agua con todo el disgusto del mundo. Si es que soy todo amor. Y además soy súper valiente porque cuando estaba ya casi al lado de la sala, la cuerda no daba para más. La he desatado de mi cintura, la he anudado a algo cercano y me he movido varios metros nadando yo solita hasta estar dentro de la sala donde Yaki necesitaba ayuda y Peluche no cabía. Una vez allí he convocado a mi pequeño grandullón y he podido volver hasta la cuerda y avisar a Rudy de que me ayudase a deshacer el camino. Peluche y Yaki han luchado contra los guardianes conchudos (de verdad, que nombre) y han llegado a una zona de celdas con elfos del agua secuestrados.

Les cogieron cuando se estaban marchando de Kintargo. Habían venido desde Acisazi, en la costa del archiducado de Ravounel, al oeste de Kintargo, en busca de Shensen y, al no encontrarla, se iban, pero no les dejaron. Malditos sean los skums y el resto de asquerosos escamosos malvados. Iban a llevarlos con Menotheguro, su líder, pero no saben ni quién es ni cuándo pensaban llevarles, solo que llevan aquí metidos una semana y aún no le han visto. Les hemos conseguido liberar y acompañar a la superficie para que pudiesen irse. Les hemos pedido que le digan a Shensen que nosotros también la buscamos. Nunca se sabe quién verá primero a quién.
    Hemos seguido hasta otra sala (si es que esto no tiene fin) donde Yaki ha visto una bomba, no de las que explotan, sino la que hacía falta para bombear agua fuera y vaciar esto y poder caminar como personas secas y dignas. Rudy se ha acercado a echar un ojo (al fin y al cabo, es el listito) y nos ha dicho que no estaba operativa ni la podíamos arreglar hasta no tener una pieza que haría de válvula y darle un poco de mantenimiento con nada más y nada menos que material con un valor aproximado de 300 piezas de oro y echarle más horas que un reloj infernal. Así que nada. Ya volveremos. Si eso.
    Ah, y para abrir la puerta de las cuchillas me he jugado el flequillo. Yaki me ha llevado hasta allí para forzar el mecanismo. La primera vez me ha dado la cuchilla, pero todo bien. La segunda, lo he abierto. Brava. Lamentablemente, estaba vacía porque las cosas eran las que tenía Baccus fuera. Sin comentarios.
    Hemos vuelto a la superficie como ratas mojadas. Hemos dejado bien cerrado esto y hemos avisado al Líctor Octavio de cómo está el lugar por ahora. Allí, en El Diente y el Clavo, Sargaeta nos ha dado un par de mensajes antes de que nos fuéramos: los cuervitos han encontrado a una persona que dice saber quién es el Carnicero y están siguiendo a varios sospechosos y, a mi en privado, me ha dicho que ha encontrado a uno de los que yo andaba buscando por haber hecho bullying a Rudy.
Me he despedido de mis amigos y me he ido a hacerle una visita a su casa.
    Por lo visto es un señorito de una familia de tres al cuarto con un casoplón al que he pasado con una facilidad pasmosa simplemente diciendo que soy compañera de clase de él. Se llama, o se llamaba, Miles Sparks. Cuando ha bajado, cojeando (qué fuerte me parece que un cojo se ría de un tullido), me he acercado a él y le he tosido nubecita venenosa en toda la cara Me he ido tranquilamente. No me he quedado a ver si le salvaban o no.
Nada más salir a la calle, he mandado a mi cuervito a que busque al resto.
   Después, me he vuelto dando un paseo con un ojo puesto en mi espalda por si viene a matarme la ninja de Tian y bien que he hecho porque he notado todo el rato una presencia a mis espaldas a la que he advertido que estaba preparada y que me dejase en paz.
Antes de llegar al Nido he pasado por una ferretería. Esta noche volveré para coger algunas piezas para darle a Rudy y que pueda arreglar la bomba de agua.
    Y poco más por hoy. Aquí lo dejo que estoy deseando darme una ducha (así de mugrienta estoy, sí) y echarme la siesta con mi capa querida.

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