Rebeldes del Infierno - 15 de Arodus del 4715

 15 de Arodus del 4715

    ¡Hoy es el día de mi nombre! Con tanto trajín casi se me olvida. Mi abuela siempre me hacía una tarta. Hoy nos toca pensar un plan y colarnos en una fortaleza. Pues qué se le va a hacer.
    He bajado a la zona del comedor a contárselo y he visto que Rudy estaba raro: no era triste, ni preocupado, ni todo lo contrario. Parecía un poco confuso. Nos ha dicho que Arbuelillo no ha vuelto, que ahora ha venido un nuevo leshy que se llama Cebogino. Yo me he quedado un poco sin palabras, la verdad. Pensé que volvería como vuelve siempre Peluche, pero imagino que los eidolones y los familiaresleshysqueaparecenderepenteyteenseñanmagia no son la misma cosa. El caso es que este nuevo miembro del equipo ha sido un poco borde con Rudy diciéndole que Arbuelillo le había contado que no se entera de muchas cosas, que no ata cabos... Un borde. Pero es muy cuco con su cuerpito en forma de cebolla y los ojos muy grandes y graciosetes plantados ahí en medio del cuerpito. Ah, y tiene un peluchito de una rana. Es como el familiar del familiar. Es muy graciosillo.

    Pero bueno, que me enrollo. Les he estado contando lo que sé de las erinias para que vayamos con cuidado de cómo atacar y cómo hacer el plan. Rudy nos ha dicho lo que se rumorea sobre Lucian Thrune por Kintargo: resulta que es un tipo al que lo militar no le interesa, se dice que le han puesto ahí un poco a regañadientes. Por lo visto, Lucian quiere dedicarse a la política y es un chulito de mucho cuidao que se va pavoneando allá donde va.
    Cuando ha llegado la noche, hemos ido a la fortaleza. Hemos trepado por el muro que da al tejado del establo por turnos usando las alpargatas de escalada de araña. Molan mucho porque se ajustan a las ruedas de la silla de Rudy y ha podido subir igual que Yaki y que yo. Hemos bajado por la pared interior, hacia dentro del establo y hemos preparado los aceites para meterle fuego al heno y la paja llegado el momento. Rudy se ha quedado allí con las alpargatas para poder encargarse de hacer el fuego y para que los guardias no nos pillen (lo de ser sigiloso no lo lleva muy bien). Y aquí ha empezado una cosa un poco chungui, la verdad:
    Yaki y yo hemos ido sala a sala cargándonos a los guardias que nos encontrábamos entre soplos de veneno, cuchilladas a la garganta, apuñalamientos al corazón y remates eléctricos. Hemos matado a tanta gente que ha llegado un momento en el que hemos perdido la cuenta y hasta Yaki ha cogido destreza en este tipo de incursiones (se ha marcado un ataque to chuli enrollando a dos con la caña estrangulándoles y haciendo que sus cabezas se chocasen entre sí y ya no pudiesen levantarse). Ha llegado un momento en el que he tenido que controlar mis pucheros. Estábamos cubiertos de sangre y vómitos y habíamos matado a un montón de gente que no sé si era inocente o culpable a marcha forzosa. Ha sido todo muy extraño.



    Cuando hemos despejado la zona, hemos llamado a Rudy para que se uniese a nosotros. Hemos subido por una escalera de caracol y hemos llegado a una sala con una bañera, un fuego y un caldero con el símbolo de Iomedae. Nos hemos quedado un poco descolocados, y hemos pasado a la siguiente parte de esa zona, sintiendo que estábamos ya cerca del malvado Thrune.
    En la siguiente sala, hemos encontrado un mapa y bastante información sobre cuánto les está costando tratar de parar la Rebelión que hay por varias ciudades ya. Le dicen a Lucian que no pueden enviar muchos más recursos y menos a Barzillai. También le dicen que, si no se apaña él, ya mandarán a otro. Eso nos ha dejado más claro aún que habrá que tirar esto abajo. Lo siento por los enanos que lo construyeron, pero estos rufianes lo usarán de nuevo en cuanto puedan, así que, si queremos que toda esta masacre y este viaje que hemos hecho sirva para algo bueno, tendremos que meterle fuego. La verdad es que yo lo he estado deseando desde que me colé anoche, pero Yaki y Rudy me obligan a pensar mucho. ¡Oh! Y hemos encontrado una daga con rubíes engarzados que tiene pinta de valer muchos dinerinchis.
    Cuando ya ha llegado un momento en el que pensábamos que se nos iba a salir el corazón del pecho de ir explorando tan en silencio buscando a Lucian, hemos dado con él.


Es un señor guapíiiisimo que tiene una armadura mega genial. No me extraña que vaya de chulito. Sin pensarlo dos veces, he convocado a Peluche, que se ha lanzado a morderle, pero él le ha parado con su antebrazo. Yaki ha ido con sus guanteletes a reventarle a puñetazos, pero Lucian ha peleado muy fuerte y le ha parado muchos de los golpes, aunque también se ha llevado una buena tunda. El tipo parecía que disfrutaba parando los golpes y viendo cómo Yaki y Peluche lo daban todo sin conseguir lo que normalmente consiguen: destruir en un periquete. Aunque nadie puede hacerse el chulo eternamente y es lo que le ha pasado también a este señor, que al final ha caído. Pero no me quiero adelantar. Después del bocado de Peluche y los puños de Yaki, Lucian se ha crujido el cuello, ha desenvainado la espada, la ha cubierto de llamas y ha retado a nuestro amigo el guerrero cocinero diciendo con una voz muy grave y sexy "te desafío, villano". Puaj jajajajajjajaja, menudo idiota. Aunque bueno, ahí no me estaba riendo porque tenía la boca abierta de ver cómo Peluche no conseguía más que arañarle y Yaki poco más y, en cambio, el Thrune guapo seguía a tope con su espada dando cortes terribles que le han hecho mucha pupa a mi eidolón y a mi amigo. Yaki ha sido muy valiente y listo y con los puñetazos ha sabido apuntar al sitio adecuado para que Lucian soltase el agarre de su arma y, en un visto y no visto, ¡le ha hecho una llave y le ha derrumbado! En ese momento, Rudy le ha echado una maldición con unas palabrejas que no he podido memorizar (son cosas brujeriles de las suyas) y Lucian ha empezado a ir tan despacio como si se hubiese calzado la armadura por primera vez. Yo no me he quedado corta y he empezado pimpampum a echarle rayitos sin parar para chamuscarle las neuronas y ayudar en esta batalla en la que claramente me ha convenido quedarme atrás. De hecho, hasta el pobre Peluche lo ha pasado mal, porque el caballero de la armadura negra no ha dejado de ser un enemigo formidable en todo momento y ha hecho que uno de los ataques de mi queridísimo compañero se volviese en su contra y el pobre se ha hecho mucho daño en el aguijón (cómo me ha molestado eso, es que casi exploto del enfado). A Rudy también le ha venido bien quedarse atrás conmigo, casi le explota en toda la cabeza uno de sus hechizos de fuego aunque, por suerte, solamente se ha chamuscado un poco bastante, pero no bastante fatal. Y bueno, tampoco es plan de que me enrolle, Yaki y Peluche han estado a tope, Rudy y yo hemos apoyado lo mejor que hemos podido y le hemos ido minando hasta que se ha asustado mogollón, ha tocado un ladrillo y ha abierto una salida secreta para irse de allí gritando "¡ZAILOSORN!!!" mientras corría por el pasadizo que ha quedado despejado.
    Sin pensarlo un segundo, Rudy le ha lanzado una bola de fuego que no le ha dado de lleno, pero que ha acabado con él por la deflagración y esas cosas que tienen las bolas de fuego. Me encanta oír cuando hacen zzzzzzzzzzzbbbPUM. Y pues eso, que Lucian ha caído muerto en mitad del pasillo. A cambio de esta victoria, nos ha llegado un rugido terrible contestando desde la sala que ha quedado descubierta al otro lado del pasillo.
    Rápidamente, como si nos hubiésemos vuelto uno solo, hemos cerrado la puerta al unísono. Nos hemos coordinado a la perfección y nos hemos dado toda la prisa que hemos podido en curarnos las heridas (ahora ya ayudo un montón porque viniendo para acá Yaki me enseñó muchas cosas y, aunque no tengo sus habilidades divinas -yo no me junto ya más con esos seres-, la naturaleza se ha convertido en mi amiga en estas casi dos semanas). La verdad es que las curas han sido con pociones de Rudy incluidas porque estábamos ya casi fiambres. Y bueno, hemos terminado de curarnos mientras él buscaba algún objeto que tuviese Lucian ahí en su despacho que pudiese servirnos y, para nuestra grata sorpresa, ha encontrado... ¡una ultra mega lanza con una runa súper potente que se estira muchíiiiisimo!!! Cuando estábamos a mitad de la cura, pensando si irnos o enfrentarnos a la bestia, alguien ha llamado a la puerta. Nos hemos quedado flipando. A mi me ha dado por pensar que era un vampiro pidiendo permiso para entrar, pero nop, era algo mejor: ¡un yani!

Nos ha dicho que se llamaba Zoruman y que le tenía preso Lucian hasta que nosotros hemos acabado con él. Me habría encantado que se quedase con nosotros porque ha sido súper majo: le encanta cocinar como a Yaki y nos ha chivado que hay un santuario enano oculto en la armería de esta fortaleza. La verdad, eso ha sido lo mejor. Y menos mal que nos lo ha dicho, porque no sé yo si nos habríamos puesto a mirar puertas secretas por todos lados con lo cansados que andábamos ya. También nos ha animado a ir a derrotar a la erinia, que se llama Elulae, porque está aquí como mensajera, así que, si no queremos tener esto lleno de Thrunes y demás gentuza, no nos queda otra que ir a darle matarile.
    Cuando el yani se ha ido, Rudy ha acabado de enseñarnos todas las cosas chulas y útiles que ha encontrado (aunque las quieren vender cuando volvamos a Kintargo porque dicen que las hay mejores): una capa de devolver el fuego, buscada por alquimistas y magos de batalla y guerreros cautelosos; un broche con forma de libro y hecho de plata que le da a la mente vigor; y alguna otra coseja guay que no me apetece poner todo. Mientras tanto, Zailosorn ha dejado de rugir, llorar, degustar a Lucian o lo que fuese que estaba haciendo (vaya compañero que tenía este Thrune, tal para cual, porque no creo que Peluche vaya a comerme a mí si me muero, la verdad). Hemos ido a comprobar qué ha pasado con él, pero no estaba, ha salido volando por un agujero que ha hecho a saber dónde y, como no escuchamos pasos ni gritos de ningún guardia por la fortaleza, nos hemos ido diiiirectos a por la Elulae.
    A lo tonto, a esas horas estaba ya el cielo negro negro negro, la verdad es que el tiempo se pasa volando cuando estás de infiltrada con tus amigos en una fortaleza llena de malos. Por el camino nos hemos topado con una puerta de hierro terriblemente llamativa que hemos sido incapaces de ignorar. Así que he ido rauda y ágil usando mis manitas para darle caña al mecanismo y, al abrir, nos hemos encontrado con el regalito de un diablo terrible del que les aviso de todo lo que me da tiempo antes de luchar (no es el primero que tengo la desgracia de encontrarme). El diablo llevaba una roncona chulísima y ha tenido el descaro de presentarse antes de tratar de matarnos: Azmagort. No se me va a olvidar. Nunca está de más saber los nombres de a quienes te has cargado.
La verdad es que el combate no ha sido coser y cantar (a quien se le den bien esas dos cosas, porque a mí no). Pero bueno, hemos podido con él. Sobre todo ha sido gracias a Yaki, que le ha dado caña de la buena, aunque diré que yo le he rematado con unas chispas. En la habitación en la que estaba el diablo, había un cofre. Cofre que ha electrocutado a Rudy dos veces. Pero ha sido muy valiente y, a la tercera, ha conseguido abrirlo. Yo, la verdad, no creo que me hubiese atrevido.  Menos mal que él sí, porque había que pensar mucho para dar con la forma de abrirlo, no valía con tener manitas ágiles. Y menos mal que se ha atrevido, porque había 3000 piezas de plata dentro. Menudas compras nos vamos a gastar en Kintargo.
    Sobre la erinia... Pues la hemos encontrado gracias a Peluche, que tiene buen oído y mejor olfato. Por suerte, hemos podido pillarla en el pasillo, porque no me habría gustado luchar contra ella mientras nos lanzase flechazos desde el cielo. 
Para mí, este combate ha sido una cagarruta porque tenía reservados mis conjuros gordetes contra diablos, pero no le he dado con ellos. Rudy se ha lucido con un constructo nuevo que tiene forma de serpiente esquelética y se contonea graciosa. No hace gran cosa, pero ha molestado todo el rato a Elulae y le ha dado mejor posición a Yaki y también algo a Peluche.  En ese pasillo ha llovido de todo, chispas, fuego, flechas, filos de armas, garrazos, mordiscos... Una locura.
    Y sin tiempo de descanso después de vencerla, casi nos hemos encontrado cara a cara con Zailosorn, que se estaba dando un festín en el balcón, pero, como no nos ha llegado a ver y estábamos con la lengua por el suelo ya, allí le hemos dejado. La verdad, aunque sea malo, no he querido atacarle, me ha recordado un poco a mi Peluche, pero mucho más feo, claro.

    Después de pertrecharnos con más cosejas de la armería, hemos ido para el santuario. Hemos visto que, de todas las estatuas, había dos animadas como mecanismo de seguridad. Eso solo ha hecho que el santuario secreto pase de ser muy interesante a altamente interesante. Son de Tarog, dios de los enanos. Para comprobar qué pasaría, Peluche se ha dado una vuelta volando. En ese momento, las estatuas se han puesto en pie y han ido a golpearle con sus martillos de guerra, aunque nos ha parecido que dejaban unos segundos a que saliese de la sala, osea, que no van a dar por dar. En esa sala, no hay nada más que las estatuas y una puerta, puerta a la que vamos a ir mañana cuando descansemos.
    Mientras nos hemos retirado a un lugar seguro, hemos visto que el rastrillo de la puerta de entrada de la fortaleza estaba levantado. Los pocos soldados que quedaban vivos han escapado. Pero ese es problema para después del santuario.
    Ahora a descansar y mañana (o dentro de unas horas, más bien) ¡a explorar!!



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