El Auge de los Señores de las Runas_16 de Lamashan del 4707

 Día de la Luna, 16 de Lamashan del 4707

    Volgo ha podido coger ya su espadón. Por suerte, el señor de la tienda ha sido tan profesional como decía ser, y sus servicios han sido altamente óptimos. Creemos que el espadón de Volgo ha pegado una buena mejora. Él la ha cogido y simplemente ha dicho: "matará". Creo que estaba contento.


    Después de recoger el arma, hemos ido a la zona de la taberna para ver si el montaraz estaba en el Perezoso Feliz. Así ha sido, así que hemos aprovechado para ir a la casa que localizó Henry como su morada para poder investigarle. Hemos llegado allí sin darnos cuenta de que, a plena luz del día, en un barrio lleno de gente y vitalidad como ese, iba a dificultar el allanamiento de morada. Pero bueno, lo he intentado. De hecho, he quedado bastante orgullosa con mis avances en entender y desenmarañar las tripas de cerraduras pues he logrado acabar con la más difícil de las dos que tenía la puerta principal en un periquete. Pero con la otra no ha pasado lo mismo y la he atascado. Volgo me ha dicho que le dejase, que la abría él. Yo, que no sé qué me pasa a veces que soy muy inocente o si tengo una ameba por cerebro, me lo he creído y él la ha abierto, ya lo creo, con una de sus imparables patadas. Lo siguiente que ha pasado es lo esperable: los vecinos se han girado, Henry se quería evaporar, Volgo le ha cogido y le ha pegado un guantazo y ha empezado a gritarle que cómo se atreve a hacerlo con su mujer. Yo he deducido que yo era esa mujer, Henry se ha quedado alucinado (lo cual ha dado más credibilidad a la actuación) y yo me he metido corriendo en la casa aprovechando el follón que se venía montando.
    Mientras escuchaba gritos fuera, he inspeccionado el alojamiento y solamente había dos salas de interés: una cerrada y otra abierta. Me he puesto a recoger todo lo que he encontrado en la abierta, pero no había gran cosa. Cuando he llegado a la cerrada y he tratado de forzar la cerradura, me he dado cuenta de que tenía un artilugio embebido al mecanismo de cierre que había mandado aviso al dueño de que alguien había tratado de traspasar la seguridad. En ese momento me he debatido por arriesgarme y meterme a la fuerza en la habitación para coger rápidamente todo lo que pudiese, pero luego he pensado en que probablemente la puerta de entrada también tendría ese mecanismo y, con el tiempo que ya llevaba dentro, el hombre misterioso estaría ya a punto de caer con toda su rabia sobre mí. Además, llevaba un rato sin oír a Henry o a Volgo, solo oía a los vecinos debatir si éramos de allí, si tenía mujer ese hombre, si quién era ese hombre, si yo no vivía allí... Me han podido los nervios y la prudencia y me he precipitado hacia la calle. Y menos mal. En ese momento, al otro lado de la plaza que quedaba al frente de la casa que yo había allanado, estaba mirándome el montaraz. Ha sido un momento de máximo pánico hasta que me he decantado por seguir con el teatro, le he señalado y he gritado: "¡Es él, él me quiere pegar!!" (En realidad, no había mentiras en mis palabras, porque seguramente estaría deseando acabar conmigo). Todos los vecinos se han girado hacia donde yo señalaba, él se ha escondido entre edificios y yo me he bebido un elixir de guepardo y he corrido como si no hubiera un mañana (porque de verdad me creía quedarme sin volver a ver amanecer como me agarrase el tipo ese que va de armas hermosas, negras y aceitadas con betún hasta las cejas).
    He llegado a la posada casi sin respiración, con cuatro papeles que no valen nada y les he contado todo a Volgo y a Henry que ya estaban allí.
    Cuando hemos vuelto por la noche a la casa del montaraz, todo había desaparecido. Era de esperar. Una pena.
    ¿Tendría él nuestras cosas? ¿Más pistas? ¿Más información que nos confundiría? ¿Estaría con Akenja? ¿Es casualidad que nos hayamos encontrado o viene tras nosotros? ¿Y ella?
    Socorro. No entiendo nada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Rebeldes del Infierno - 30 de Rova del 4715

¡Feliz cumpleaños!

Rebeldes del Infierno - 18 de Lamashan del 4715