El Auge de los Señores de las Runas_23 de Neth del 4707

 Día del Juramento, 23 de Neth del 4707

    Ir a despedirme de Tylia ha sido una de mis mejores ideas en mucho tiempo. ¡Le he dado un beso y me ha correspondido! Me he ido flotando de allí, no literalmente, creo que se entiende.
    Antes de salir, Volgo ha recogido las armas que dejó reparando y el hombre ha hecho un buen trabajo, así que otro contacto bueno que podemos apuntarnos y esto es importante, porque no abundan. Me pregunto qué habrá sido del enano de Magnimar al que le preguntamos lo de la pulsera...
    El viaje hasta el Fuerte Rannick ha sido sencillo. Shalelu ha cumplido con su palabra y ha venido con nosotros. Y, cuando hemos llegado allí, hemos alucinado. Es un lugar imponente. Mucho más grande lo que esperábamos.
    

Con el mapa que había dibujado Vale, nos han dado indicaciones de las diferentes entradas y zonas que hay, para que trazásemos una estrategia.

    La primera parte de la estrategia ha consistido en usarme a mí de cebo. Se han agazapado tras unos arbustos y yo me he acercado a una de las entradas donde había un ogro vigilando. En cuando me ha visto, ha echado a correr tras de mí. Yo no he esperado ni un instante y rápidamente me he tomado un elixir de guepardo y he salido corriendo. Al pasar tras los arbustos, Volgo ha salido a recibir al ogro y, de dos terribles espadazos, ha acabado con él. Con eso hemos podido testear la resistencia que tienen y nos hemos atrevido a adentrarnos en el Fuerte.


    Usando la capa élfica y todo mi sigilo y destreza, me he adentrado más allá del muro, me he acercado hasta una cabaña donde se oían muchas voces y parecía haber un gran número de ogros o demás miembros de este grupo, he bloqueado la puerta inhabilitando la cerradura y le he prendido fuego. Ha sido bastante horrible oírles chillar de dolor, pero creo que era lo que debía hacer. Los tres ogros que estaban haciendo guardia a las puertas, han ido en su auxilio, dejando así desprotegida la entrada y permitiendo que Volgo hiciese alarde de su fuerza, levantase el rastrillo y pudiesen pasar todos. Nada más entrar, han ido directos a la zona de la caseta y Henry se ha lucido quitando una cuenta a su collar de bolas de fuego y lanzándola con total precisión a los ogros que estaban, sin éxito, tratando de sacar de la cabaña a sus compañeros. Entre todos, hemos logrado que esta batalla contra los que estaban fuera haya sido bastante rápida. Por suerte, los gritos de los que estaban en el interior han cesado bastante rápido.
    Nos hemos desplazado atravesando la explanada que separaba esa cabaña del resto del complejo y hemos llegado junto a un ogro que estaba preparando un cadáver humano para comérselo. De nuevo, nos hemos coordinado para acabar rápidamente con él.
    Antes de seguir avanzando, hemos tomado la precaución de que Volgo inutilizase el mecanismo del rastrillo para que no pudiese levantarse de nuevo. Así, en caso de que hubiésemos tenido que huir a toda prisa, lo hubiésemos podido hacer por el desagüe que he despejado yo, amparados por el hecho de que los ogros no podrían habernos seguido ya que por el túnel no habrían cabido y el rastrillo no se habría levantado. Finalmente no nos ha hecho falta, pero creo que fue muy buena idea.
    Tras eso, nos hemos intentado esconder en el establo que había cerca de la entrada, para poder burlar a otros ogros que hacían guardia, pero Henry ha hecho mucho ruido así que escondernos allí solo nos ha servido para llenarnos de mierda y tripas de cadáveres. No obstante, la victoria contra esos asquerosos ha sido rápida: Henry les ha lanzado un arco eléctrico, yo ácido y Volgo pues ha hecho lo suyo.
    Hemos podido entrar al edificio principal sin que nos viese ninguno de los ogros u otras criaturas malvadas y nos ha recibido una sala llena de herramientas rotas y sangre con un ogro inmenso pintando alegremente en una pared usando como pintura la sangre que salía de lo que usaba como pincel: un brazo humano. La escena era dantesca puesto que el brazo que sostenía no era la única herramienta que había creado: toda la sala estaba llena de cadáveres desmembrados. Le hemos podido dar muerte rápidamente y hemos salido de allí sin comentar nada.
    Cuando  nos encontramos algo así de grotesco y estoy a punto de vomitar pienso que es lo más horrible que he visto nunca y estoy segura de que no podré volver a dormir. Pero, inmediatamente después, me pongo a recordar las cosas que hemos visto desde que tenemos memoria como los sacerdotes no muertos del monasterio, las aberraciones del laboratorio del vecino de Punta Arena, el hombre rata del psiquiátrico, Nualia, todo lo que encontramos en la mansión de los Dedalera, los sacrificios con la estrella siédrica y pienso que no sé qué capacidad tendrá mi mente para soportar todo esto pero que, al menos por el momento, estoy pudiendo conciliar el sueño cada noche. No sé en qué tipo de persona me convierte esto.
    En fin. Tras ese encuentro continuamos la exploración y llegamos a la armería de la fortaleza. Por supuesto, también estaba llena de ogros, pero Henry ha sido muy rápido y les ha atacado con un fuego muy potente e implacable. Han quedado agonizantes y Volgo les ha rematado de dos espadazos y hemos continuado.
    La siguiente sala que hemos encontrado ha sido la enfermería. No sé si en este lugar los ogros han estado compitiendo para ver quién conseguía hacer la escena más gore, pero el que se encontraba aquí estaba realizando una exposición de personas comiéndose a otras personas. Todo estaba lleno de órganos, vísceras... Esta vez he sido yo la primera en atacar. He pasado a la habitación, he lanzado una bomba de fuego alquímico y me he echado a un lado para que pasara Volgo. Él ha entrado enfurecido blandiendo el espadón y, cuando parecía que iba a partir en dos a la infame criatura, ha resbalado y ha caído al lado del asesino. El combate ha sido extremadamente duro y agotador. Hemos acabado cayendo Henry y yo y Volgo ha quedado en pie a duras penas, gracias a su rabia de bárbaro, pero prácticamente incapaz de luchar. De hecho, si no llega a ser por Jakardros, que estaba con Vale y Shalelu en otra de las salas contigua a la nuestra luchando y que ha venido corriendo en nuestra ayuda, habríamos muerto.
    Vivos, pero moralmente derrotados, nos hemos retirado a una de las torres del lugar, porque los Flechas nos han indicado que eran buen lugar para descansar, ya que allí no podrían alcanzarnos los ogros. Ahí hemos estado lamiéndonos las heridas.
    Aunque ha sido una experiencia extremadamente horrible y aún nos queda mucho que hacer en este lugar, retirados en la torre me he sentido verdaderamente útil. Aunque me ha llevado casi una hora proporcionarles las curas necesarias para que acabasen estando repuestos del todo, he conseguido hacerlo. Las curas de Henry son mucho más potentes, no sé si será porque es una magia bendecida por la naturaleza, pero yo seguiré estudiando para poder mejorar las curas que les proporciono.

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