El Auge de los Señores de las Runas_02 de Kuzhona del 4707

Día de la Estrella, 02 de Kuzhona del 4707

    Qué frío hemos pasado hoy. El invierno ha empezado a apretar con fuerza y, aunque los días pasados veníamos notando el aire más cortante, hoy ha sido algo especialmente duro.

    Además del frío el miedo también ha ido en aumento. La tortura de pasear por este bosque no ha cesado ni por un momento, sino todo lo contrario.

    Hemos dado con una dríade asesinada. Cuando hemos llegado junto a ella aún respiraba. A la pobre le habían talado las extremidades y la habían dejado agonizando. Gracias a una magia que no habíamos experimentado anteriormente y que desconocemos, hemos podido escuchar sus últimos pensamientos: "no se tenía que haber enamorado de él. Por su culpa está pasando todo esto". No hemos sido capaces de comentar nada al respecto. Hemos visto como exhalaba su último aliento, hemos permanecido unos instantes en silencio junto a ella y nos hemos ido.

    Y, al fin, guiados por unos aullidos de dolor, hemos llegado al claro donde se encontraba Myriana. La amante del comandante de los Flechas, que ha resultado ser una ninfa, la guardiana del bosque, estaba terriblemente dañada: la parte inferior de su cuerpo era una niebla creada por ella misma a través de una magia de ilusión para esconder los horrores que había sufrido y su torso... Su torso era una pesadilla: sus brazos flotaban a centímetros de donde deberían estar, aún unidos a los hombros por tendones y venas. Emitía unas ondas de magia necromántica que se extendían hacia las profundidades del bosque. Parece que esto es lo que está haciendo que el bosque enferme.

    Conectando su mente con la nuestra, nos ha mostrado como Lucrecia y unos ogros la atacaron unos días atrás. No sabemos si hubiésemos llegado a tiempo de no ser porque nos perdimos en la magia del navío varado. No quiero pensarlo. No quiero... No puedo sentirme responsable de lo que le ha pasado a esta pobre ninfa. Hablar con ella ha sido muy duro: estaba totalmente fuera de sí, furiosa con los Flechas que permitieron que los ogros y Lucrecia se hicieran con el Fuerte Rannick, con el lugar y con el comandante Lamatar. Al fin hemos podido hacerle entender que no éramos Flechas y que, además, habíamos ayudado a recuperar el Fuerte y a salvar Transbordador Tortuga. Le hemos dicho que iremos a buscar al comandante y nos ha mostrado la ubicación de dónde es altamente probable que se encuentre secuestrado, en una cueva del Monte Garfio. Henry ha estado muy cerca de calmarla, de hacerle volver a recuperar el control sobre sí misma hablándole de Garlón y de otras criaturas del bosque que ella es capaz de proteger, pero, aunque parecía que eso había hecho que volviese a ser dueña de sí misma, un arrebato de ira se ha vuelto a apoderar de su mente y ha continuado aullando y emitiendo ondas negativas.

    Cabizbajos, hemos partido hacia Monte Garfio.