La Chinchilla Rolera

 21 de Lamashan del 4715 Si ya estábamos cansados con lo que teníamos en el barrio de Red Roof, se nos ha caído el alma hasta el Infierno cuando Shensen nos ha contado lo que viene pasando en otros barrios. Ahora, además de tener que acabar de solucionar lo que pasa en Red Roof, en la zona del puente grandote, vamos a tener que ir a mirar el resto: en el barrio de Temple's Hill, hay una nube negra muy localizada que delimita claramente el barrio y no hay quien la mueva; en el barrio de los Green, hay lamentos de mujer; y en los barrios del Castillo y de Jarvi's, a la gente le duelen los huesos. Tranquilizador todo, oyes.     He pedido a Larry que vaya a dar una vuelta por el Green, por si ve algo. Shensen se ha quedado disipando las cabezas fantasmales que aparecen en el de Red Roof hasta que consigamos encontrar y cerrar el vórtice del que imaginamos que salen y nosotros nos hemos dividido por barrios para poder ordenar las tareas por urgencia.     Mientras Peluche y yo paseáb

          —¿Tú te imaginabas este ambiente, Mancha? —expresó boquiabierto el joven convocador mirando a las calles abarrotadas a su alrededor. —Para nada, compañero —comentó pensativo y con su característica voz grave y tranquila su eidolón—. Desde luego que aquel clérigo no exageraba cuando nos lo dijo. —Ya, quién iba a decir que, por una vez, cuando un clérigo ha usado la expresión «celebración gloriosa» no se estaba refiriendo a un puñado de señores con túnica rezando. —Ay, Tremor, qué vituperador te has vuelto después de todos estos años de partirnos la cara —suspiró el gigante púrpura. —¿Vituperador? —Tremor se carcajeó—. ¿Pero qué palabras usáis en tu plano? ¿En qué año os habéis quedado allí? —Déjate de… —el eidolón fue a contestarle cuando algo le tiró de la cola. Se irguió cuan alto era y se giró bruscamente con llamas en los ojos, pero no encontró a nadie. Cuando se volvió para continuar junto al sorprendido Tremor, se dio de bruces con un sonriente drow. —¡Discul

 20 de Lamashan del 4715     Pues tal y como prometí, he ido de buena mañana a recoger la cabeza (las cabezas, realmente) y las he destruido.     Mientas desayunábamos, ha venido a buscarnos una mujer del equipo de Octavio. Queríamos que fuésemos ya de ya. Y hemos dicho que no, que íbamos a terminar de desayunar. Jope, es que ya está bien. He terminado de desayunar bastante rápido, he de decir, y he aprovechado para poner guapa a mi querida Penélope.     Cuando hemos ido a buscar a Octavio, nos ha dicho que han encontrado cuatro sabuesos infernales por la ciudad. De los que eran amiguitos de Nox. ¿De dónde han salido? Bueno, del Infierno. Eso es obvio. Quiero decir, ¿quién los ha traído? Huuuuuuuuuuuuuum. Octavio nos ha dicho que no han podido encontrar el origen de los perros, pero que, cuando los hombres y mujeres de su equipo les daban muerte, las bestias gritaban igual que como recuerda a Barzillai hacerlo cuando cayó muerto en el épico combate que tuvimos donde casi morimos todos.

 19 de Lamashan del 4715     En fin. Pues ya os imagináis. Hemos ido tan obedientes a primerita hora de la mañana a luchar contra los sectarios y contra los gigantes eruditos. Eran muy graciosos con sus gafitas y sus libritos. Bueno, libracos. Ojalá ser lista y poder leer todo eso. Bueno, leer, leo. Me refiero leer  y poder entender.          Después, hemos vuelto a Kintargo. Estábamos ya un poco hasta las narices de ser los matadores de enemigos. A ver si la gente entrena un poquito que yo también fui una señora sin experiencia y ahora soy una cuervo plateado. Y no hace tanto del cambio. Pero claro, hay que ponerse.     A la primera persona a la que hemos visto ha sido a Laria. Hemos ido a su café y nos ha contado que se han encontrado muerto al cocinero de la Sociedad de la Pezuña Hundida. Gatrus Pinderlock, se llamaba el hombre. Y, cuando digo que se lo han encontrado muerto, quiero decir que, obviamente, le habían asesinado. Pero vamos a ver: ¿Cuándo llegará el día en que nos digan